miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA CASA DEL CONFÍN DE LA TIERRA, de William Hope Hodgson

"Qué cuenta: Dos jóvenes, de vacaciones en Irlanda, encuentran un manuscrito entre las ruinas de una antigua casa. En él, un narrador anónimo conocido como "el recluso" relata sus vivencias en la enigmática casa, que comienzan con la aparición en su subsuelo de unas espantosas criaturas humanoides de aspecto porcino, continúan con el hallazgo de un insondable pozo bajo la edificación, y que se extienden con el viaje astral del recluso a lo largo del Universo, en una odisea de millones de años, en la que asiste al nacimiento y a la muerte de soles y mundos, y que le llevan desde los confines del cosmos de vuelta a la casa, confundiéndose sueño y realidad. 
Es inevitable, para comenzar a hablar de William Hope Hodgson, hacerlo por los tres tópicos que lo anteceden: Maestro de H.P. Lovecraft, Pionero del Horror Cósmico y Gran desconocido en España. Que, de una forma un otra, son verdad en gran medida. Como vamos a ver, la impronta de Hogdson en el estilo y el planteamiento literarios del gran genio de Providence es evidente, y éste jamás lo negó (más aún, podemos agradecerle la preservación y difusión de la memoria de Hogdson, evitando un olvido aún mayor del que ya padece). El enfoque cósmico, al menos en esta novela, también es un hecho. Sobre la tercera, diría que Hodgson es un autor olvidado en todo el mundo en general y, simplemente, España no es una excepción, algo agravado por las tardías y escasas traducciones que existen de su obra. Sumémosle que ésta tampoco es demasiado extensa, aún menos si la comparamos con la de los prolíficos Poe, Lovecraft, Hawthorne, Ashton Smith, Howard... todavía no existe unanimidad, pero los expertos empiezan a coincidir en que el hecho de que volar en pedacitos en una explosión de granada durante la Primera Guerra Mundial, con apenas 42 años, podría haber influido en la brevedad de su bibliografía  ......................."


DESPUÉS DE LA REUNIÓN

Realmente es una novela sorprendente pues aparte de la imaginación que desborda parece desprender una cierta indiferencia hacia el lector y su posible comprensión de lo que nos está contando. Un buen ejemplo es la aparicion de un fragmento ilegible en el manuscrito origen del relato, permitiendo un salto en el mismo que lo mismo vale "para ponerse a servir que para tomar criada".
Son varios los mensajes que nos transmite el libro y que, aunque a veces con interpretación dudosa, podemos enumerar:

- Que una vivienda comprada a precio de ganga suele tener alguna gabela escondida y que, en cualquier caso, es mejor un trastero en la terraza que un sótano por muy amplio que sea.
- Que hombres-cerdo (y mujeres) hay más de los que parece y que si te descuidas se te llevan hasta los clavos de las puertas.
- Que hay hermanos de sangre y hermanos de indiferencia.
- Que no es lo mismo una burbuja verde que una burbuja roja, en la primera puedes encontrarte una amante arrebolada y en la segunda un político al uso.
- Que si te tomas la vida con pachorra ya te pueden echar evos que tú sigues ahí.

En cualquier caso, me lo he pasado muy bien leyendo este libro, por cierto, ¿alguien sabe la marca de té que tomaba W. H. Hodgson?


Javier Cuenca

Aunque no hay ninguna explicación para todas las cosas paranormales que el protagonista experimenta, todas ellas representan el aislamiento y la fragilidad de la existencia. Hodgson crea una historia en la que la inmensidad del universo nos da una idea de la insignificancia del hombre y de la imposibilidad de entender lo que nos rodea. Nos lleva desde los páramos Irlanda al borde del universo. 

Me ha parecido una historia de transición, de todo lo que escapa a nuestra comprensión. En ningún momento explica realmente lo que está pasando, sólo da pistas para que el lector saque sus conclusiones entre el pasado y el futuro y la realidad y la irrealidad. La casa permanece en el c ruce entre lo posible y lo imposible. 



Ni siquiera nos explica los personajes. No sabemos quién es el protagonista, ni su hermana, cuyo papel es un poco extraño. ¿Quiénes son las criaturas-cerdo? De dónde salen y a dónde van? No lo sabemos y, realmente no importa.

Silvia Hernández Baldoví



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