"Max Luminaria era un chico muy callado. Sacó la mejor nota de selectividad de toda España y decidió estudiar Medicina. Una vez más, fue el mejor en los exámenes; el mejor en las prácticas y el mejor en el quirófano. Se lo rifaban todos los hospitales. No hubo cirujano más preciso ni vecino al que más quisieran los habitantes de Carabanchel. Lo saludaban por la calle. Le daban las gracias. Todos tenían a un familiar al que el doctor Maximiliano Luminaria había salvado la vida.Su vida, fuera del quirófano, era diferente, ¿o a lo mejor no? La realidad es que no podrás, nunca más, sentirte aliviado porque se haya descubierto al asesino, porque, querido lector, los asesinos caminan entre nosotros."
http://www.alreveseditorial.com/fitxallibre.php?i=118Comentarmos el libro el lunes 7 de mayo, a las 19:00 en la Librería Popular de Albacete.
Nuestro comentario sobre TE QUIERO PORQUE ME DAS DE COMER:
Si imaginas
Carabanchel como ese entrañable barrio donde Rosendo Mercado pasea por la calle
saludando a las vecinos o en el que el pequeño Manolito Gafotas hace de las
suyas por los descampados, “Te quiero porque me das de comer” te va a impactar. Porque en esta
novela, David Llorente nos cuenta su verdad sobre el barrio donde se crio y lo
hace a partir de sus propios recuerdos (vivencias, leyendas, historias), le
abre las tripas, exponiéndolas de forma despiadada y lo utiliza como un gran
escenario donde actúan una cantidad imposible de personajes que tienen un
factor común: su capacidad de sufrir o de hacer sufrir a los demás.
La novela es un
complejo entramado de pequeñas historias y situaciones de una tremenda ferocidad,
potenciadas por la frialdad y el total desapego con que el narrador las describe.
Esto hace de cada una de ellas una joya de auténtica belleza, tanto por su
plasticidad como por el cuidado por los detalles. La venganza, el odio, la
depravación y la crueldad están presentes en cada página y llegan al lector como
un puñetazo en el estómago; pero con humor, con mucho humor. David Llorente nos
explica que algunos personajes fueron creciendo por sí mismos a medida que iba
los escribiendo; esto mismo le sucede a la novela que
también evoluciona y crece en ritmo, maestría y singularidad hasta llegar al
final, que es en sí mismo un ejemplo de coherencia.
La curiosa
estructura narrativa permite mantener ese ritmo frenético y un orden perfecto.
Todas las piezas encajan, a pesar del enorme entramado de situaciones,
historias y personajes y por si esto fuera poco, el doble salto mortal; consigue
que la acción de todas las historias se desarrolle de forma simultánea. Destacan
la ausencia de puntos y aparte, el abuso del paréntesis y los enormes párrafos
usados como transiciones entre historias, algunos divertidos y otros
desasosegantes o incluso repulsivos. La fórmula no puede ser más extraña, pero
funciona de maravilla y hace que la novela gane en agilidad a medida que el
autor le va cogiendo el tranquillo.
No vamos a
hablar aquí del asesino o asesinos. Tampoco nos interesa si el detective es uno
de esos tipos atormentados que se pone hasta el culo de pacharanes o si en
Carabanchel nieva o truena. Lo interesante de “Te quiero porque me das de comer”
es que David Llorente arriesga (y mucho) para ofrecernos una forma de escribir
novela negra sorprendente y alejada de estereotipos. A cambio, al lector solo se
le piden dos cosas, algo de paciencia para adaptarse al formato y muchas ganas
de disfrutar sufriendo.
Ana del Pozo
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