jueves, 4 de junio de 2020

OUT, de Natsuo Kirino

“Out”, al igual que otras ficciones de ella, como “Grotesque” o “Real World”, se centra en un espacio protagonizado por mujeres. Pero éste no es el Japón de los cerezos en flor ni de la delicadeza de las creaciones de origami. No. Acá vemos en su total magnitud todas las pellejerías que deben pasar estas mujeres que trabajan en el peor turno posible (el turno de noche), en una fábrica que produce comida en cajas. Cada una de estas mujeres debe cargar con sus propias familias, todas ellas malagradecidas y abusadoras, y, a pesar de pelarse el lomo, nunca tienen lo suficiente como para mantener un mínimo cómodo pasar. De esta manera, cuando vemos el abuso de uno de los esposos, la trama se pone en marcha de la manera más gore imaginable. El grupo de mujeres, después de escuchar que una de ellas ha matado a su marido, se aboca al desmembramiento del cuerpo asesinado, tal como si fuera un trabajo más, no muy distinto al que llevan a cabo en la explotadora fábrica.
CINEYLITERATURA

Comentamos el libro el 15 de junio.




NUESTROS COMENTARIOS

Me ha parecido una novela interesante.
No hay nada como viajar o leer para romper estereotipos. Algunos mitos de la ordenada cultura japonesa se tambalean. Aparecen la miseria, la xenofobia, el hastío vital, el machismo...y paranoias múltiples.
Modelo "montaña rusa" en cuanto a intensidad.
El final, muy controvertido entre críticos y lectores, podría defraudar a los seguidores de la diosa Némesis pero creo q es un homenaje a la diosa Mania.
Javier Cuenca

Es una novela negra con imágenes extremadamente duras llegando, a veces, hasta el gore y la casquería. Sin olvidarse tampoco de la oscuridad y la maldad que puede albergar el ser humano.  
Me parece una obra pesimista por las circunstancias que rodean a los personajes, pinceladas críticas de la sociedad japonesa actual.
Está narrada de forma muy detallada y cruda, desarrollándose de forma bastante verosímil, sin trucos de sombrero. Me gusta la forma en que cuenta la historia 
Por el número de personajes relevantes y su desarrollo, podría considerarse una novela casi coral, donde destacan dos protagonistas: la heroína y su antagonista. Los personajes están en general bien definidos física y psicológicamente.
Muy recomendable si te gusta la novela negra muy negra.
José Juan

Un "thriller" bastante "gore" que me ha resultado entretenido, pero en ningún momento ha logrado engancharme y ha terminado resultándome larga.
El argumento es lo mejor, es original y termina en un desenlace abierto muy de película de autor. Las escenas, de gran truculencia, se describen con detalle, deleitándose de las más violentas.
Hay momentos que parece querer ser una novela de realismo social, pero no lo es, no asume una visión crítica de la sociedad, no la describe, se centra en el entorno privado de los personajes, la colectividad no es protagonista, es simplemente una influencia más en el comportamiento de los individuos. 
El ritmo es lento, muy cinematográfico, como si de una serie de TV se tratara, terminando en un desenlace intenso y duro, que llega a ser agobiante, que, para colmo, se duplica desde dos puntos de vista. 
Se entretiene demasiado en descripciones de elementos superfluos y en explicar las cosas como si el lector fuera tonto y no se diera cuenta. Por ejemplo, hablando de Kunico nos explica: "Compraba para satisfacer sus deseos, pero era una espiral interminable, pues las nuevas adquisiciones le suscitaba nuevos deseos...", lo cual era ya evidente, y, para colmo, lo repite de nuevo, con otras palabras, poco después. 
Los personajes están bastante logrados desde el punto de vista psicológico, pero les falta el aspecto emocional, algo que sería de desear en una historia tan intensa.
En su lectura hay que tener en cuenta la diferente visión de la muerte y de los cadáveres entre la cultura occidental y la oriental. Nuestro mundo está muy influenciado por la idea de la "resurrección de la carne", lo que aporta al cadáver un carácter especial, lo convierte en cierto modo en objeto de culto (los cementerios, 1 noviembre...). Por contraposición, los orientales se rijen por la idea de la "reencarnación", el alma abandona el cadáver para ocupar otro cuerpo, la relación con los muertos se centra en su recuerdo, se le erigen altares y se le hacen ofrendas. En cierto modo, para ellos, un cadáver es un trozo de carne.
En resumen, una novela negra dura, entretenida sin más, que nos muestra un mundo diferente al nuestro.
César Colomer

Novela coral que, a través de unos personajes perfectamente descritos, te sumerge en la parte oscura del alma humana. Con una narración tranquila, sin sustos ni golpes de efecto, se desliza desde una cotidianeidad abrumadora a situaciones irreales. Y te lo crees. El cansancio, el hastío, la fealdad, la soledad, abren la puerta al horror y  las perversiones.
Y todo parte de unas amigas que se ayudan. El fin, los medios, lo que es o no importante. La despersonalización.
A las pocas páginas podía imaginar vívidamente el aspecto de los personajes, sus viviendas, la fábrica...sin abusar de adjetivos, lo que es muy de agradecer.
No cuenta nada positivo, ni personal ni socialmente, describe las pasiones y vicios humanos y  aspectos deleznables de la sociedad japonesa.
Indudablemente la cultura japonesa contempla la muerte y los cadáveres de manera diferente a nosotros. El suicidio tiene un papel hasta de honorabilidad.
La novela me ha gustado mucho, me atrapó desde el principio, me ha hecho pensar y me ha dejado huella. Literariamente me parece muy buena. Dura, negra, gore a ratos, no te ahorra ninguna sensación ni da ninguna respuesta, lo deja en manos del lector.
Belén Gutiérrez

Nada hay en OUT del Japón idealizado de las geishas, los cerezos en flor, los haikus o el sushi, aunque, si no directamente con el sushi, la novela guarda una estrecha relación con la comida. Es en una fábrica de "bento", un tipo de comida rápida para llevar muy popular entre los japoneses, en donde trabajan  en el turno de noche las cuatro mujeres protagonistas de la novela.
No hay complacencia ni belleza en la vida de las cuatro. Cada una trabaja allí, y en ese turno, por diferentes motivos, aunque simplificando mucho, se pueden reducir a que: se trabaja menos horas por el mismo dinero, no encuentran ningún sitio mejor para trabajar y pueden compaginarlo con su vida familiar. Así que la dureza del trabajo en una cadena de producción se agrava con las tareas del mantenimiento de la casa y el cuidado en cada caso de sus maridos, sus hijos y hasta la suegra.
Singularmente, el contacto diario en la fábrica les hace disfrutar, a pesar de las distintas personalidades de cada una, de una sororidad que las une y las protege de los abusos. Sus dificultades se alivian por las noches gracias a un sentimiento fraternal que convierte las reuniones en la fábrica en el único momento de expansión y relajo que existe en sus vidas.
La unión entre las cuatro se pone a prueba cuando una de ellas, Yayoi, harta de los abusos e infidelidades de su marido, lo mata en su casa. El grupo de amigas se siente comprometido con la actitud de Yahoi y, cada cual por diferentes motivos, deciden colaborar para hacer desaparecer el cadáver y así proteger la vida y el destino de su compañera.
No es tan fácil hacer desaparecer un cadáver, aunque su decisión de trocearlo y repartirlo en bolsas de basura con destino al vertedero parece que puede finalizar con éxito. No obstante, la importancia que el dinero, o la falta de él, tiene en las vidas de las cuatro familias hace que el compañerismo pronto salte hecho pedazos. 
Tampoco existe el crimen perfecto. Desde el principio se adivina que mantener la unión de las cuatro va a ser una tarea complicada. En esta situación, la autora, Natsuo Kirino, maneja con acierto y eficacia las piezas del puzzle de las relaciones de las protagonistas entre sí, también con la policía y con otros personajes externos que acaban estando al corriente de los hechos. Los giros del argumento sorprenden porque, además de ser imaginativos, provocan nuevas situaciones cada vez más comprometidas para el grupo.
Discurre la novela con un ritmo vertiginoso, solo paralizado por algunas decisiones en el planteamiento general del argumento: desconcierta leer cómo, en varios momentos escogidos para aumentar el conflicto en la trama, dos personajes masculinos intuyen, creo que sin indicios suficientes y con una sorprendente puntería, los tejemanejes que llevan a cabo las cuatro mujeres.
Hay que destacar también la dureza de algunas escenas y la frialdad con la que están contadas, el ambiente oscuro y opresivo en el que se desarrolla la novela, la fábrica, el aparcamiento, las casas tan faltas de comodidades, los locales de juego y de vida nocturna y los personajes que en estos aparecen. Nada de escenas con sol o al aire libre. El día es para dormir, para descuartizar un cadáver y ocuparse de las tareas del hogar.
Juan Prieto

La novela en sí misma no me ha interesado gran cosa. Pero el personaje de Masako me parece una construcción fabulosa. Un personaje literario creado a base de contradicciones (no es atractiva, pero es deseada por todos los hombres, es honesta, pero engaña a sus amigas, es valiente y cobarde...) que termina atrayendo al lector, dejando muy atrás la trama policíaca o gore de la novela. Un personaje que se merece una novela mejor.
Jorge Sáiz

Novela que hace una crítica a la situación de la mujer en el país nipón. Cuatro mujeres diferentes, con una situación social no muy buena, y sin una relación de amistad, que se unen por conveniencia pero que terminan peor de lo que estaban a pesar de tener momentos en que parecían ganadoras.
Respecto al crimen, sin sorpresas, siguiendo un guión estándar pero bien escrito y que me ha llamado la atención, ya que a pesar de un algo "gore" en ningún momento te quitan las ganas de no leerla por ello. Entretenida y recomendable, bajo mi punto de vista.
Cristian Gálvez

Cuatro compañeras de trabajo de una fábrica de comida preparada de las afueras de Tokio. Cuatro vidas vacías por distintos motivos. Un mafioso perturbado, un prestamista oportunista y decadente, un marido infiel y jugador y un cuarto de baño convertido en sala de despiece.
Se añade un emigrante brasileño-japonés y unos policías poco avispados. Bonita historia.
Novela negra nipona, cruda, original y Gore, bien escrita bien estructurada, trama y desarrollo bien conseguidos, con personajes bien desarrollados, con su espacio y sus capítulos dedicados para profundizar lo suficiente convergiendo perfectamente en la trama.
Descubrimos un país, o una ciudad de la que tenemos muchos estereotipos que se van desmontando, donde se dan los mismos problemas sociales que en nuestras latitudes: machismo, injusticia, corrupción, enchufismo, etc, lejos del manga, las geishas o los pasos de peatones múltiples.
 Me ha gustado el estilo narrativo sin artificios, la ausencia de juicios éticos, el  que no se busquen atajos para llegar a situaciones concretas.
Daría para extenderse mucho comentar la novela, viendo la motivación de los personajes, por qué actúan como lo hacen, ¿ por dinero, venganza, empatía, rabia, despecho? Pues sí, todo eso.
Pero por encima de todos los personajes destaca la figura de Masako, la heroína o anti heroína indiscutible, con un final a la altura de la novela, o no. 
Me ha gustado y la recomiendo.
Siento no poder conectarme porque el libro da para acalorados y tranquilos debates, al mismo tiempo.
Raimundo Perales

Las cuatro amigas (Masako, Kuniko, Yoshie y Yayoi) trabajan en el turno de noche, en una fábrica de comida preparada, y sus vidas son una verdadero desastre, marcadas por la soledad, el desencanto, y la frustración, todo ello unido a unos ingresos económicos escasos, que solo les permite vivir en casas y barrios humildes, sin ningún futuro, y con maridos o parejas, que son unos verdaderos inútiles, vagos, jugadores, maltratadores, o simplemente ausentes, vamos, unas peritas en dulce.
Sus vidas, se verán alteradas y cambiarán de rumbo, cuando Yayoi mata a su marido, harta de sus maltratos, habiendo colmado el vaso el haber gastado todos sus ahorros en el juego, y sus amigas acuerdan ayudarle a deshacerse del cadáver, con un método muy delicado, descuartizándolo y tirando sus restos a la basura. A partir de ese momento sus vidas ya no serán igual, abriéndose un nuevo camino, donde tan execrable suceso se convierte en un buen negocio, que les aportará excelentes beneficios, pero todo tiene un precio, y “un monstruo terrible despierta de su letargo”, pidiendo venganza.
El perfil de las protagonistas está muy bien descrito, haciendo que el lector empatice con ellas, y llegue a considerar sus hechos como un acto de justicia. Entre las cuatro, destacaría el personaje de Masaco, una mujer fuerte, decidida, fría e inteligente, líder y cerebro del grupo. Es un personaje complejo, donde el miedo, el peligro, la sangre, le dan sentido a su vida, llegando a empatizar con el violador de la fábrica, y sobre todo con su “alter ego”, Satake.
Otro aspecto a destacar es la descripción de los ambientes y lugares, como la fábrica de comida preparada, con su olor a fritanga y a salsa de curry, la monotonía y el cansancio de la cadena de preparado, en el turno de noche, y esa vuelta de madrugada de las trabajadoras a sus casas, hartas y cansadas de su trabajo, de su rutina, de su vida, por el suburbio, para llegar a casa y enfrentarse, sin descansar, al egoísmo, el despotismo, y al maltrato, de las personas con quienes conviven.  
Los detalles macabros, están tratados con cierta delicadeza, hasta el punto de que, en algunos de los momentos más truculentos, sobre todo al final, hay toques de romanticismo, lo cual genera cierto desconcierto en el lector, llegando a fusionar el placer con el odio y la tortura, el sufrimiento y la muerte.
José García Tendero

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