jueves, 28 de diciembre de 2023

ABRIL ROJO, de Santiago Roncagliolo

 

"En estos días, concretamente el domingo 6 de junio, se está celebrando en Perú la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que determinará quién gobernará este país durante los próximos cinco años, de 2021 a 2026. Casualmente ABRIL ROJO sucede en medio del proceso electoral que revalidó la presidencia de Alberto Fujimori en el año 2000. En los capítulos siguientes de esta novela Santiago Rocangliolo se hará eco de las acusaciones de fraude electoral que marcaron ese proceso.

 En las elecciones actuales, como si fuese un ajuste de cuentas con el destino, se enfrentan el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori. La representante del partido Fuerza Popular era, en el año 2000, la primera dama de su país al producirse la separación de sus padres y ocupó ese puesto hasta que su padre, Alberto Fujimori, dimitió, acorralado por las acusaciones de corrupción. Después de muchas vicisitudes, Fujimori está hoy día cumpliendo una condena de 25 años de cárcel por violación de los derechos humanos durante su gobierno entre 1990 y 2000.

 Las elecciones peruanas de ese año, que tuvieron lugar entre los mese de abril y mayo, es el escenario en el que ocurren los  hechos que se narran en ABRIL ROJO. Aunque el proceso electoral como tal no aparece en los primeros capítulos, el estado de excepción continuaba en muchas zonas del país, permitiendo a los militares ejercer funciones extraordinarias para salvaguardar el poder del estado y del gobierno de un país que había estado sometido durante los años anteriores al terror del grupo Sendero Luminoso. No es exáctamente ABRIL ROJO una novela histórica, más bien propone interpretar la situación que se vivía en aquellos años desde los ojos asombrados del protagonista y con continuas referencias históricas a la situación social y política que vivía Perú, y más en concreto la región de Huamanga, el centro de la actividad del grupo terrorista.

En un ambiente de precariedad de los derechos ciudadanos y donde las Fuerzas Armadas tenían el poder absoluto para combatir el terrorismo y lo que hiciera falta, el fiscal distrital adjunto, Félix Chacaltana Saldívar, tiene que realizar su primera tramitación de un occiso (un muerto de forma violeta, según el Diccionario de la RAE), en el habituálmente preciso lenguaje jurídico del fiscal. 

 El fiscal Chacaltana parece un personaje de otra época. Está de vuelta a su ciudad natal, Ayacucho, después de romper con su mujer y de huir abrumado de la ajetreada vida de Lima. Le conocemos, y sabemos mucho de su personalidad, al leer el informe que ha redactado al aparecer un trozo de un cadáver semiquemado durante los carnavales celebrados en un pueblo cercano a Ayacucho. Es tan meticuloso en la redacción de los hechos que llega a ser cómico, y más si tenemos en cuenta la situacíon del país, en la que la investigación sobre muertes y asesinatos son competencia de las Fuerzas Armadas.

 Chacaltana muestra una dedicación obsesiva por su trabajo, pero ese impulso no solo está motivado por su visión puritana del derecho, sino que también alberga durante toda la novela la firme decisión de ascender en la carrera judicial. Su trabajo alterna la interpretacíon recta y honesta de la ley con la toma de conciencia de que el poder judicial, en ese momento, está sometido a las veleidades políticas y al poder militar. En un artículo de El País de 2000 se reproduce una cita muy esclarecedora:  "Aquí la cultura de la prepotencia y de la no participación es de vieja data. De la jerarquía, la arbitrariedad, la impunidad... Un proverbio común en este país es: el que puede, puede, y el que no puede, aplaude. Si tienes plata, puedes. Si tienes poder, puedes. Aquí no funcionan la norma y las reglas"  http://www1.udel.edu/leipzig/270500/elb310700.htm

 La vida personal del fiscal se nos figura de una existencia solitaria, alejada de la vida social que por su cargo le corresponde. Si al principio se nos da a entender que vive con su madre, que por ella ha vuelto a Ayacucho y a su casa familiar, no tardamos en percibir que la presencia de la madre es únicamente testimonial: el dormitorio de la señora que se mantiene intacto, las conversaciones del hijo como si todavía la madre estuviese viva, las fotos de la madre que sirven de compañia durante las comidas ... 

Otro acontecimiento fortuito, además del hallazgo del cadaver calcinado, provoca un cataclimo en su pequeña existencia de funcionario redactor de informes y consultor de códigos legales. En un pequeño bar conoce a Edith, la camarera, con la que establece poco a poco una bonita relación amorosa. Es con ella con quien se siente plenamente feliz y aprende a disfrutar de la vida, haciendo las cosas que gustan de hacer los enamorados.

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Esta parte de Abril Rojo que vamos a comentar abarca lo sucedido entre dos informes escritos por el fiscal Chacaltana.

 El primero es el que se refiere al cadáver que apareció semicalcinado en el municipio de Quinua. Es el que escribió con los datos aportados por la policía, aunque los lectores queremos creer que lo hace a regañadientes, ya que la información policial contradice sus sospechas de que los métodos utilizados para deshacerse del cuerpo no se parecían a los que utilizó Sendero Luminoso unos años antes.

 El otro informe se refiere a los hechos que sucedieron en 1990 en la misma ciudad de Quinua. En esos años, plenos de efervescencia de la actividad del grupo terrorista, un destacamento militar bajo el mando del teniente Cáceres irrumpió en la casa de la familia Mayta Carazo y se llevó a uno de los hijos, Edwin, como sospechoso de pertenencia a Sendero. Sin utilizar las garantías democráticas en la detención y en los interrogatorios, el informe militar afirma que Edwin Mayta fue puesto en libertas, aunque él nunca más apareció vivo. En su texto Chatalcana hace constar todas esas irregularidades y propone citar a declarar a los protagonistas de aquellos hechos. En una de las conversaciones entre el comandante Carrión y el fiscal el primero le informa de que eso es imposible, que del teniente Cáceres es el cuerpo calcinado y mutilado que apareció al principio de la novela en la ciudad de Ayacucho.

 El fiscal reclama a Carrión que ponga en conocimiento de las autoridades de Lima los hechos que han sucedido recientemente en la región y que tienen que ver con un posible rebrote de la actividad guerrillera de Sendero Luminoso. La respuesta de Carrión es la de un ser resignado y derrotado. En Lima están al tanto de todo, pero no desean que los más de 20.000 turistas que se acercan a las celebraciones de la famosísima Semana Santa de Ayacucho piensen que peligra la seguridad en unas fiestas que trascienden las puras celebraciones religiosas.

 Entre estos dos informes tienen lugar las elecciones presidenciales del año 2000 a las que ya hicimos referencia en la parte anterior. Chacaltana se muestra gratamente abrumado por las consecuencias de elaborar el primer informe según las directrices de la policía. "Ante todo, quiero que sepa que estamos muy orgullosos de usted. Y que las fuerzas armadas de este país cuentan con su infatigable esfuerzo en pro de la ley y el orden", le dice el comandante Carrión. Y tanta frase lisonjera debería de poner sobre aviso al fiscal de que, si acepta como verdad todo lo que venga de los mandos del ejército y la policía, se va a convertir en una marioneta en manos del poder efectivo de la ciudad.

 El fiscal no es capaz de advertir la verdadera razón de su nombramiento como fiscal electoral en Yawarmayo. Se le requiere como "personal cualificado y comprometido en la defensa de la democracia", pero la realidad es que el poder gubarnamental pretende dar un barniz de legalidad ante la prensa y los observadores de unas elecciones que se celebran con numerosas irregularidades y con las sospechas de un fraude en el resultado final.

 Desde el viaje inicial a Yawarmayo hasta su vuelta a la ciudad, una vez concluídas la elecciones, el fiscal asiste impávido y superado por los acontecimientos a hechos muy alejados de la realidad de la gran ciudad o de un nación peruana moderna. Desde su llegada, con los perros muertos, descuartizados y colgados en las farolas, lo que allí sucede tiene más que ver con los años irreales en los que Sendero Luminoso controlaba la vida de los pueblos de la provincia de Huamanga.

 El alojamiento en la vivienda de una familia sin ningún tipo de comodidades y que solo habla quechua, los altercados nocturnos en los que los guerrilleros dominan los cerros que rodean el pueblo, el grupo de policía que se encierra por la noche en la comisaría, la formación de las mesas electorales con sus integrantes reclutados a la fuerza ..., todo es irreal. O tal vez, si tenemos en cuenta que la escuela donde se celebran las votaciones se llama Alberto Fujimori y el encargado de controlar el recuento y el proceso electoral fue le jefe de campaña del presidente en el distrito durante las últimas elecciones, es lo que se podía esperar de un gobierno, y de unas fuerzas armadas que actúan a su servicio, que trata a los campesinos como sospechosos de participar en la guerrilla, a pesar de que oficialmente lleva unos años desmantelada. 

 En Yawarmayo pasan muchas cosas, incluso que ataquen y quieran matar al fiscal por sorpresa. Reconoce a Justino Mayta Carazo (¿os acordáis?, el que descubrió el cadáver calcinado del principio, el que trabajó con el cura Quílez y también hermano del desaparecido Edwin) con su chullo rojo, el típico gorro andino con orejeras. No podrían concluir de una forma más fatasiosa los sucesos de Yawarmayo que con el ejército realizando una leva entre los jóvenes del pueblo a golpe de garrotazos. 

 A su vuelta a Ayacucho dos pensamientos germinan en su cerebro: que el informe policial sobre la detención, interrogatorio y presunta puesta en libertad en 1990 de Edwin Mayta Carazo encubrió de una forma burda abusos policiales y que Edith es la única persona que le hace feliz.

 La familia Mayta Carazo, y por extensión todos los acusados de formar parte de células guerrilleras fueron víctimas de lo que el comandante Carrión define como una guerra sin cuartel. La brutalidad fue norma común entre los dos bandos, sin embargo la ferocidad con la que los victimarios se han aplicado sobre el cadaver recién encontrado de Justino Mayta supera lo que el estómago humano puede soportar.

 ¿Cómo se aprecia mejor ABRIL ROJO?, ¿desde una perspectiva histórica o desde la perspectiva de la novela negra? La novela se inició con el descubrimiento de un cadáver, continuó con el interés del fiscal Félix Chacaltana por descubrir la verdad y en esta tercera parte la investigación se ralentiza y se hace referencia sobre todo a la situación política y social del año 2000, con unas elecciones recién realizadas, el recuerdo de Sendero Luminoso y la celebración de la Semana Santa en la ciudad de Ayacucho que el estado no quiere que sea boicoteada.

En este transcurrir, el fiscal ha sufrido una transformación que le ha llevado, desde la defensa inconsciente de la legalidad,  a la adopción de funciones que no le competen. Ante la desilusión por el poco interés de la policia y el ejército por resolver las muertes acaecidas en los alrededores de la ciudad, decide investigar por su cuenta, por el interés de su satisfacción personal, a pesar de los obstáculos que se encuentra por parte del poder oficial.

Dos nuevas muertes en unas condiciones similares a las del primer cuerpo encontrado, el del teniente Cáceres, tienen la rúbrica de Sendero Luminoso, la del ubicuo Justino Mayta Carazo y la del terrorista encarcelado Hernán Durango. Todos los cadáveres, según la interpretación del padre Quiroz, muestran un interés por recear escenas de la Semana Santa (cuerpos clavados, coronas de espinas, puñales en el corazón) que al mismo tiempo se celebra en la ciudad. 

Las celebraciones de la Semana Santa ocupan un papel central en esta parte del relato. El padre Quiroz le explica la peculiar idiosincrasia esas celebraciones, donde se mezclan las creencias precolombinas con la más antigua tradicción hispana de procesiones y representaciones de la pasión. Las culturas andinas estuvieron siempre muy vinculadas a una visión trágica de la muerte y del más allá, por eso las representaciones de los ritos funerarios que la Semana Santa católica muestra capta la atención y la atención visceral de una población que, lo dice el padre Quiroz, a veces no entiende muy bien lo que en esos días se representa bajo el punto de vista católico. "Guarda el recuerdo del cristianismo más antiguo".

 El comandante Carrión también lo entiende muy bien. Con pesimismo y resignación, piensa que el siguiente muerto va a ser él. Sabe que la guerra soterrada contra Sendero Luminoso la tienen perdida si el mecanismo estatal no se implica del todo en la lucha con el grupo guerrillero, en vez de mirar para otro lado para simular que en el país ya no pasa nada tras la captura de los cabecillas del movimiento comunista.

 También el fiscal toma conciencia  de que puede ser una víctima. Está en el ojo del huracán y todos con los que habla acaban asesinados. En los primeros momentos siente la pistola que le ha dado Carrión como un objero extraño y contagioso, pero cada vez se relaciona con ella con más confianza. ¿La acabará utilizando?

Enseguida se da cuenta de que Ayacucho es una ciudad  pequeña, en la que todo se sabe. La evidencia le llega cuando visita al terruco Hernán Durango en la carcel de Huamanga y este le habla de su madre. Es una persona reconocida y vigilada que no pasa desapercibida cuando acompaña a Edith a bailar o a pasear. O la vez que el juez le felicita por su ajetreada vida social, en compañía de Edith

 Aunque su relación avanza con pasos cortos, los dos parecen sentirse muy a gusto el uno con el otro. Edith es "el primer cuerpo caliente que se le había ofrecido en años", y eso provoca que Chacaltana demuestre una lascivia que creía perdida.

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El domingo 23 de abril de 2000 se celebraba en Ayacucho el Domingo de Resurección, el fin de la Semana Santa; la celebración, mezcla de fiesta religiosa y pagana, en la que está ambientada la acción principal de ABRIL ROJO

 "En cada esquina de la plaza atestada se quemaba la retama del domingo anterior. En la catedral, la imponente pirámide blanca de la Resurección empezaba a asomar por la puerta, entre los fuegos artificiales." Así describe una de las imágenes más reconocidas de esa Semana Santa de fama mundial, la de la salida de la imponente carroza por la puerta de la catedral, con la imagen de Crito resucitado y triunfante. Es el fin de la fiesta y también el fin y el desenlace de los acontecimientos relacionados con la aparición de varios cadáveres en la ciudad y los alrededores.

 A primera hora de la mañana, Chaclatana ha acudido a las oficinas donde el comandante Carrión recoge sus pertenencias tras su cese. Han sido unos últimos días muy turbulentos en la vida del fiscal desde que el Viernes Santo acudió a la rectoría y se encontró con el cadaver del padre Quiroz, terriblemente deformado y mutilado con ensañamiento. Allí llego con la firme intención de tomar la iniciativa en la investigación de las muertes de varias personas con las que habia tenido relación en los últimos días.

 Muchos sucesos ocurridos en esos días que acaban con su ánimo pusilánime y lo arrastran a una espiral de violencia e irrealidad. Félix Chacaltana no está preparado para enfrentarse con sus viejos demonios, que habían esperado silenciosos desde hace un año, cuando volvió a su ciudad natal. Todos los movimientos de esos días los hace con la seguridad que le ofrece la sensación de tener la pistola pegada a su costado.

 Carrión se enfrenta con una acusación que a los lectores nos resulta inesperada. No era Sendero el causante de las muertes. Le acusa de ser el responsable de las muertes de esos días y este, reconocida su culpabilidad, se muestra como personaje iluminado y con una gran desequilibrio mental. Si él fue el responsable material de las horribles muertes, lo hizo por la imposición de miles de voces de los muertos que habían regado con su sangre la región. "Yo no quería... Yo no quería que fuese así. Ellos me obligaron.", confiesa el militar, que por momentos abandona la firmeza y la autoridad de su rango y se retuerce por la presencia inmaterial de tantas almas que en esa tierra maldita buscaban la oportunidad para su regeneración.

 "Me pedían que la sangre no fuese derramada en vano, Chaclatana, y yo lo hice: un terrorista, un militar, un campesino, una mujer, un cura. ahora todos están juntos. Forman parte del cuerpo que reclaman todos los que murieron antes." El enloquecido Carrión justifica aquí la desmembración de los cuerpos para completar con sus pedazos otro que sirviese para expiar las muertes anteriores y volver a recuperar la grandeza del pueblo oprimido. En ciertos momentos Carrión parece asumir cierto ideario milenarista de Sendero Luminoso.  

 El trayecto que Chaclatana ha recorrido en estos días tambíen ha resultado perturbador y ha afectado al equilibrio mental del fiscal. En un momento concreto se sintió responsable de las muertes de las personas con las que se cruzaba en sus camino. De cierta forma, él era quien las mataba.

 Los viejos fantasmas de su infancia renacieron cuando Carrión le contó la historia de la muerte de sus padres y le recordó su responsabilidad en el incendio de su casa. Y, por último, en una de las escenas más brutales de la novela (y tiene varias) consuma la violacíon de Edith y poco después reconoce que ella era la mejor mujer que había conocido en su vida. La única forma de redimirse que encuentra es reconocer que va a tener que casarse con ella y que todo lo va puede solucionar con un ramo de flores.

 Poco después, en el alocado torbellino en el que giran sus pensamientos, la acusa de ser responsable de todas las muertes, de ser miembro de un grupúsculo terrorista y de haber utilizado su relación para obtener información que le permita cometer los atentados. El hallazgo del cadáver de Edith echa por tierra su acusaciones hacia la joven y le supone el inicio de un estado de enajenación mental cuyos detalles se relatan en las últimas partes de la novela."

Juan

martes, 5 de diciembre de 2023

LA GULA, de Asako Yuzuki

NUESTROS COMENTARIOS:

El título original, "Butter' (Mantequilla), le queda como un guante a esta presunta novela negra. Y digo presunta porque ni siquiera está claro que haya un solo asesinato y que no sean suicidios, pero de esos anodinos, de los de andar por casa.

La mantequilla unta abundantemente la mayoría de las páginas de esta obra, con muchas recetas que elevarán sin duda los niveles de colesterol y triglicéridos, de aquellos lectores que la tomen como un libro de recetas.

Parte de la trama me recuerda muy vagamente a "El silencio de los corderos", pero Rika no se puede comparar con Clarisse, ni Kajii con A. Lecter. No le veo emoción, ni ritmo, ni interés.
Por lo demás, es sosa; falta de sal y de glutamato; nada que ver con la excelente "Out" (de Natsuo Kirino), donde la comida ni de lejos es tan buena, pero al menos tiene un buen surtido de fiambres y el corte de la carne es más que aceptable.
Jose.

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Manga, anime, videojuego, sushi, cosplay u origami son términos que yo mismo he escuchado durante uno de estos últimos fines de semana y que confirman lo profundo que la cultura japonesa ha calado en nuestro día a día.
 
En "La gula" se plasma la vida de unas personas, principalmente mujeres, que son parte de una población como la japonesa que ha sido capaz de crear objetos y conceptos tan originales como los citados a cuenta de crear una sociedad hiperestratificada y discriminadora hacia las mujeres.
 
Rita Machida representa un tipo de mujer muy característico del Japón supermodernizado del siglo XXI. A sus treinta y tres años su forma de vida ha roto con las costumbres tradicionales como una forma de adaptarse a los ritmos que le impone la empresa periodística para la que trabaja.
 
Sin ser guapa, mantiene una elegancia y un estilo atractivo, condicionado por una imagen pública que debe sostener. Desde el principio de la novela, se percibe que, aunque la situación laboral en su empresa parece igualitaria, en realidad existe una discriminación que la subordina al papel de los hombres. De sus compañeros se espera que trabajen muchas horas y que lo hagan en la misma empresa de por vida: Ryosuke, el marido de su amiga Reiko, llega tardísimo a casa el día en el que ella los va a visitar; su compañero Kitamura, aunque es más joven que ella, disfruta plenamente de sus días libres. A ella, sin embargo, se le pide en un momento preciso que atienda a sus compañeros de trabajo en una reunión, en sus días libres se le suele pedir que haga alguna tarea relacionada con su trabajo en la revista semanal para hombres en la que es la única redactora con contrato fijo.
 
Es evidente que a Rita todo le cuesta más en su actividad laboral. Por eso no tiene demasiadas expectativas de ascenso a corto plazo; ni siquiera firma los artículos que le publican, a pesar de que ya lleva trabajando más de diez años.
 
A esa presión, su amiga Reiko ha reaccionado a las estrictas expectativas sociales dejando el trabajo y marchándose a vivir a una urbanización alejada del centro, con todos los signos de modernidad, seguridad, tranquilidad y aislamiento que son habituales en todas las periferias acomodadas de las grandes ciudades occidentales. Reiko dejó su trabajo en una empresa de comunicación para dedicarse a las mismas tareas a las que se dedican las otras amas de casa de su urbanización: cuidar de la casa y de su marido hasta que ambos den muestras del tiempo y del esfuerzo empleado en esa dedicación. Solo la falta de hijos enturbia el futuro de un matrimonio que aspiraba a ser perfecto.El enigmático personaje de Manako Kaiji, al que Rita se empeña en entrevistar, trastoca la noción del papel de la mujer en el Japón moderno y reivindica muchos de los atributos idealizados de las mujeres en el Japón tradicional.
 
Y todo esto, envuelto en grandes dosis de mantequilla. "Butter, a novel of food and murder" es el título original de esta novela en inglés.

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Asako Yuzuki

Conocer a Manako Kajii supone una verdadera transformación en la forma de vida de Rika Masuda. Que Manako se encuentre en la cárcel a la espera de que se celebre su recurso de apelación por la condena de tres asesinatos de hombres mayores que vivieron con ella no es problema para que se establezca una comunicación fluida entre las dos mujeres.
 
La visitas periódicas de la periodista avanzan en el entendimiento mutuo, aunque sin olvidar que su principal deseo es que Manako, en primer lugar, le hable de los hombres y de los tres crímenes de los que se le acusa y después, al expresar categóricamente su rechazo a dar detalles de este asunto y solo hablar de cocina, que al menos le conceda una entrevista para conocer pormenores de su infancia y de su vida. La popularidad de Manako atraerá sin duda el interés del público lector masculino de su revista.
 
Rika se convierte en la mediadora de Manako con el mundo exterior de la cárcel.  Para ello tiene que empezar asumiendo los gustos exquisitos y los principios culturales y sociales de la reclusa.
 
Lo primero es el disfrute de la mantequilla y el rechazo a los prejuicios sobre su consumo. Después es la cocina francesa, donde las mujeres consiguen potenciar el atractivo real de la naturaleza femenina. Continúa con el plato de ramen de mantequilla con sal que Rika debe comer de noche, en un restaurante preciso, y después de haber hecho el amor. También le indica que debe aprender a hacer dulces, especialmente la tarta quatre-quarts para regalársela a su novio para San Valentín, y, finalmente, le pide que vaya a conocer a su familia, su madre y su hermana, que viven todavía en su pueblo natal. Allí entenderá muchas de las cosas que han formado el carácter y la personalidad de Manako.
 
Rika acepta las propuestas de Manako, sorprendida y atraída por las novedosas experiencias tan alejadas de lo que era su vida hasta entonces: come sin orden ni concierto, engorda sin importarle lo que digan los demás, acude en la madrugada a comer ramen después de haber hecho el amor con su novio, quiera apuntarse a clases de concina con su amiga Reiko, hace la tarta quatre-quarts en el apartamento de su amigo Shinoi y se marcha a Agano, el pueblo donde todavía viven la madre y la hermana de Manako.
 
¿Por qué Rika hace todo esto? En una de sus visitas a la cárcel, reconoce que se siente atraída por ella. "Me gusta estar contigo", es la confesión que oculta un deseo más carnal, pero Manako le responde impertérrita "No me hacen falta amigos. Solo quiero admiradores". Si Manako no quiere una relación afectiva con ella, al menos quiere que le deje ayudarla, que sea sus ojos y todos sus sentidos. Hay en esta relación un enfrentamiento entre ambas muy relacionado con la sensación de acaparar una la vida de la otra
 
Además, está la propuesta de una entrevista que Rika le hace cada vez más insistentemente. La entrevista es la justificación de todo el tiempo y el esfuerzo que la joven ha dedicado durante su jornada de trabajo, y no está dispuesta a dejarlo perder.
 
A estas alturas de la novela ya sabemos que La gula no tiene nada de thriller ni existe la posibilidad de ninguna tensión violenta ni de ningún acto criminal, como no sean las tres muertes que le adjudican a Manako. Pero estas muertes aparecen en un segundo plano, de tal forma que, como Kajii no quiere hablar de ello, no sabemos si ella es realmente una asesina.
 
Rika, poco conforme con su vida diaria, va adquiriendo cada vez más presencia en la novela hasta conseguir que ella, con sus deseos y sus esperanzas, sea la auténtica protagonista. La autora, Ayako Yuzuki, muestra su evolución respecto a la comida y la alimentación, algo tan importante en Japón, y también su mundo emocional, construido por sus experiencias con sus padres, su novio y sus amigos. 
 
A su alrededor aparecen otros problemas que los lectores y las lectoras japonesas apreciarán en su justa medida: la cultura patriarcal, el machismo en el trabajo, la importancia de la apariencia en la mujer y la disyuntiva entre trabajo o familia para las mujeres jóvenes. Rika, al igual que Manako, encontrarán en la comida y en la cocina la liberación que les impone la sociedad, además de una oportunidad para su propio disfrute.
 
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La visita de Rika y ReiKo a Agano, el pueblo natal de Manako, tiene unos resultados imprevistos si lo que esta última quería era mostrar cómo fue su infancia y las personas con las que creció.
Las dos amigas huyen de la casa donde viven todavía la hermana y la madre de Manako, sorprendida por la extraña personalidad de ambas y por el desorden y decadencia de la propia casa. Cuando están a punto de coger el tren de vuelta a Tokio todavía se rascan el sarpullido que les ha salido de pasar allí unos días. Pueden ser los ácaros, o algo peor.
 
Reiko dice a su amiga que se va a quedar un día más porque quiere hacer una visita a sus padres antes de volver a casa. La relación con ellos nunca fue muy buena y esta visita puede ayudar a que el contacto se restablezca.
 
Unos días después, Ryosuke, el marido de Reyko, busca a Rika para decirle que su mujer a desaparecido. Ni contesta a sus llamadas ni fue a casa de sus padres. ¿Dónde está Reyko y por qué ha desaparecido sin avisar a nadie?
 
Es un nuevo hilo argumental que se desarrolla en La Gula. La novela se va convirtiendo en una sucesión de capas que se acumulan alrededor de una trama central, en este caso la relación de amor-odio entre Rika y Manako, aunque tengo que confesar que este vínculo es el que, a estas alturas de la novela, menos emoción presenta.
 
Recapitulemos: 
- En el capítulo X, Reyko narra en primera persona los motivos de su huida. Está decidida a demostrar que Manako es la culpable y cómplice de asesinato. Ha estado investigando durante meses y ha aprovechado el viaje a Agano para reunir los detalles que rodean los orígenes de las primeras relaciones de Manako con los hombres, concretamente con los que abusaron de su hermana pequeña, Anna, y de ella misma. 
- Reiko llega a la conclusión, y no comprendo muy bien cómo, de que un ermitaño Shiro Yokota acogió durante tres años a Manako cuando esta era buscada por la policía. ¿Yokota era el acosador de su juventud?
- Reiko confiesa que emprende la aventura de irse a vivir a la casa de Yokota para ganarse su confianza, descubrir su verdadera personalidad, implicar a Manako en los crímenes y conseguir que Rika deje de estar emocionalmente vinculada con ella.  ¿Son celos los que la llevan a querer recuperar de nuevo el cariño y atención de su antigua amiga?
- ¿Esta enamorada Reiko de Rika? Alguna vez la llama "su príncipe", como si estuviese en el colegio. "Ójala que Rika fuera un hombre".
- Reyko habla por primera vez de la muerte del padre de Rika. Parece que ha sido un tema tabú entre ellas, a pesar de que se conocen desde la universidad y de que hayan sido inseparables durante muchos años.
- ¿Cómo es el matrimonio entre Reiko y Ryosuke? La respuesta es que es más complejo de lo que parece. Existió atracción, pero Reiko busca en su marido a la persona que le proporciones hijos, algo  que no sucede. Ryosuke teme que su mujer le abandone si los médicos deciden que él no está capacitado para tener hijos. "Me da miedo de que me deje si descubre que soy la causa de todo". Por eso se niega a hacer el amor, porque confiesa que es incapaz de hacerlo dentro de la familia. Reyko le recuerda demasiado a su hermana pequeña.
- Rika vuelve de Agano, aunque no haya ocurrido nada que parezca provocar un cambio, con una actitud dirferente hacia Manako y hacia Shinoi. Shinoi deja de ser su mentor, la persona desinteresada que le ayuda a conseguir exclusivas. Ahora su relación es más equilibrada. Rika va a conocer detalles de la vida de su amigo que lo hacen más humano. Rika va a poder elegir también los locales donde reunirse a charlar, cenar o tomar un café. Con Manako, Rika se pregunta cómo ha sido capaz de bailar el agua a esa mujer tan egoísta e impresentable. 
- Rika siente la soledad de su forma de vida actual. Está convencida de que su novio no va a jugar un papel importante en su futuro, pero necesita sentirse rodeada de las personas que la quieren. Su plan es juntarlos e invitarlos a disfrutar de algún plato sofisticado, pavo, por ejemplo.
- Descubre que su novio Makoto es una persona impenetrable para ella. Se sorprende de no saber nada de sus gustos y hobbies, de sus grupos musicales favoritos, y lo que es peor, que la critica veladamente porque ha engordado demasiado últimamente. Se da cuenta de que no le ha traído ningún regalo de su visita a Agano.
- A Rika también le toca lidiar con sus propios fantasmas, que en su caso fue la muerte de su padre. Se siente responsable de no haber acudido cuando él más lo necesitaba. Su sentido de responsabilidad gira alrededor de un gratinado que tenía que haberle preparado y no lo hizo. No deja de ser un autoreproche demasiado banal para un lector occidental.
- Rika cree que Manako sabe donde está su amiga, sospechando que la vida de esta corre peligro. Esto hace que su relación se deteriore y que busque la más mínima oportunidad para herirse.
- Rika está empezando a cocinar, algo que le hace sentirse muy orgullosa. Sus progresos culinarios van a ser parte importante en lo últimos capítulos de esta novela.


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Ya no me sorprende que el afán de Rika para reconducir su nueva vida sea cocinar un pavo al estilo de las celebraciones norteamericanas del Día de Acción de Gracias.
 
Aprende a cocinarlo en el Salón de Miyuko, la escuela de cocina donde también acudió Manako y se reúnen damas de la alta sociedad en busca de amigas y de aprender cocina sofisticada. También busca una casa propia, con su horno adecuado, para poder cocinarlo e invitar a sus amigos y a las personas que la quieren y a los que ella aprecia. 
 
Su novio no entra ya en ese grupo de sus allegados, porque percibe que no le conoce de verdad y que tiene una personalidad opaca. Él tampoco deposita en ella su confianza. Esa extraña afición por el grupo musical del que era ferviente seguidor no la había compartido con ella, aunque lo que realmente la ha herido fue su reacción ante el aumento de peso de la estrella del grupo y el de la propia Rika. Es uno más de los que consideran la delgadez como sinónimo de la belleza y del éxito en Japón. Rika ya está a otro nivel, ya no le obsesionan las mismas cosas que antes, entre ellas la tiranía del trabajo obsesivo y la de no engordar para aparentar un estado saludable que no es real.
 
Se cierra con esta celebración un círculo de autoreconocimiento de su propia identidad, Rika ya no es la Rika del principio, tan desorientada e insegura, aunque aparentemente estaba triunfando en su profesión. Ahora sabe lo que quiere hacer con su vida, o al menos cómo encontrarlo. Rike es consciente de que, aunque ha engordado, tiene el pelo y la piel más brillante por la mejora en su alimentación.
 
Cuando visita a la hermana del Sr. Yamamura, una de las víctimas de Manako Kajii, dudamos si lo hace para sonsacar información sobre la personalidad de su hermano y sobre las circunstancias que rodearon su muerte o para que le aconseje sobre la compra de un piso, algo sobre los que Rika está muy interesada últimamente. Busca una casa para dar refugio a sus amigos y que no se sientan solos. También ella necesita compañía.
 
Su relación con Manako se enturbia por momentos. Cuando sale en su revista la primera de las entregas (van a ser seis, como estaba establecido) el éxito es colosal, sin embargo, el distanciamiento entre ambas es instantáneo. Celos, envidias y conflictos de intereses están presentes en los últimos capítulos. Definitivamente, el juicio de apelación que pretende absolver a Manako contiene una bomba que explota directamente sobre Rika: la acusada reniega de los artículos que ha escrito Rika, afirma que contienen multitud de inexactitudes y que, para solucionarlo, tiene previsto publicar una autobiografía con la ayuda de un periodista que se va a convertir en su marido.
 
El proceso de cocinar el pavo conlleva el relato de la compra de todos los ingredientes, algunos no muy habituales en Japón, la preparación de la pieza, que no es banal, teniendo en cuenta lo grande que es el animal y lo poco acostumbrados que estamos en manejar las interioridades de un animal. Rika, con todas las clases que ha recibido en el Salón Miyuko y las prácticas que ha ido realizando por su cuenta, sorprende a todos por la calidad de la elaboración de su famoso pavo.
 
Reúne a sus amigos y, ante todos ellos, les explica sus planes de futuro: "A partir del mes que viene voy a empezar a publicar una nueva serie de artículos en otra revista de la empresa dirigida al público femenino. Quiero hablar de mi experiencia, dar mi interpretación sobre todo lo ocurrido hasta ahora en torno al caso de Manako Kajii. Quiero entrevistar a las mujeres cuyas vidas se han visto afectadas por ella. Ya me han concedido varias: la hermana de una de las víctimas, la madre y la hermana pequeña de Kajii, la responsable del Salón de Miyuko, algunas de sus alumnas..."
 
De Manako Kajii no sabemos nada más."


Juan



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